También se admiten soluciones
En una época de prisas, el éxito de los aforismos, tan breves, pero que reclaman una lectura lenta y sosegada, son canela en rama para el pensar y el sentir; tal vez por eso vuelven a resurgir con fuerza.
He leído este verano algunos textos dedicados a lo aforístico, que es un género literario que requiere, como digo, reflexión y tiempo para rumiar y meditar y de agradecida lectura. Sigo el consejo que me dio Jorge Luis Borges, en mi Buenos Aires querido, allá en la calle Maipú, junto a Roberto Alifano: "Convénzase, Fonseca, que lo que importa no es escribir, sino leer".
Reseña en La Razón.